jueves, 11 de marzo de 2010


Para no sentir, traté de no verte. Para no llorar, preferí la apatía. Para no extrañarte, la indiferencia. Para no quererte, el odio. Para olvidarte, elegí simplemente no mirarte; para que sea menos doloroso, las mentiras. Para no lastimarme, quise evitarte. Para seguir viviendo, traté de olvidar que nunca me quisiste. Para ser feliz, conté tus risas. Para estar triste, lloré tus lágrimas. Para sentirme querida, te busqué nuevamente. Para sentirme odiada, recordé las veces que no me buscaste. Para no tenerle miedo a la soledad, imaginé que estabas. Para pensar un poquito menos, fui egoista y pensé en mi misma. Para corregir mis errores, preferí borrarlos de mi memoria y creer que todo iba a estar bien. Para no necesitarte, me independizé a mi manera. Para no pensar en el futuro, recordé el pasado. Para no aclarar mis dudas, dejé que me conformara con los inconstantes rumores. Para ayudarme a estar contenta, respeté mis decisiones y con dolor, acepté el final que yo misma decidí. Para falsificar tu presencia, me acerqué a ti aunque no me vieras. Pero hoy me propuse olvidarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario